Por el pueblo

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jueves, 17 de diciembre de 2009

Un luchador … por sus derechos … por sus ideas

Hace unas horas, nuestro paisano Luís Miguel Pichardo “Luismi” ha tomado una importante decisión, poniendo en riesgo su propia integridad física para luchar por sus propios derechos constitucionales, a la vez que pone su propio esfuerzo y sacrificio al servicio de una causa con un calado mucho más general que parte o se inicia en sus propios compañeros y compañeras de empresa hasta hacerla más extensa ya que despiertan colaboraciones y complicidades en todos sectores de nuestra Cuenca Minera.

Su objetivo no es otro que el conseguir que alguien llamado “empresario” ejerza como tal y cumpla sus obligaciones con estos trabajadores que están, con su aptitud y perseverancia, manteniendo en las instalaciones de Nature Pack hilos de vida e ilusión. Podemos comprobar que estos hilos están, cada día que pasa, aunque algunos piensen lo contrario, más sólidos pues cuentan (ellos y ellas saben que es así) con esta sociedad comarcal y sus instituciones.

Aunque ésta pueda parecer una actuación atomizada, no lo es así, ya que detrás de las reivindicaciones laborales, totalmente justas y que cada trabajador o trabajadora de nuestros pueblos defiende por su propia subsistencia y la de su familia, está el intentar mantener un espíritu solidario que nos lleve, desde la concepción de comarca global, a defender con energía las reivindicaciones comunes que nos unen en este propósito que no es otro que conquistar nuestro futuro. Pero ello no será posible si no actuamos con ese espíritu constructivo que detectamos, día tras día, entre todos los sectores productivos de la Comarca.

Entendemos que en un trabajo cotidiano, día a día, nos tropezamos con la cruda realidad y ello nos induce como administraciones a tener que programar el tomar medidas mucho más cercanas en el tiempo, pues cada vez de esto nos queda menos, y no podemos dejar de considerar que las actuaciones que vislumbramos, a medio o largo plazo, no nos dan soluciones totalmente satisfactorias que apantallen esta larga sangría laboral y social que soportamos de forma estructural y, por este motivo, creo que nos debemos empezar a plantear opciones que den respuestas a lo que reclama una generación olvidada en nuestros pueblos.

Yo, Luismi, no te puedo animar a que continúes, pues yo lo que quiero y deseo es hacerte lo más corto posible este amargo trago que compartes con tus seres queridos; y por eso, compañero, vamos a luchar por buscarte salidas y satisfacciones a tus reivindicaciones que, no tengas las más mínimas dudas, son las mismas que las nuestras.
Vicente Zarza Vázquez