La sierra de Grazalema, en Cádiz, conserva un tipo único de abeto, el pinsapo, superviviente de los primitivos bosques de coníferas extendidos por el Mediterráneo durante el cuaternario, hace unos 20 millones de años.
El pinsapo perdura en una húmeda y sombría cara norte de la sierra del Pinar, entre las localidades de Grazalema y El Bosque, un entorno altamente protegido pero accesible al público. Su presencia es el principal atractivo del entorno de Grazalema, un espacio de climatología única por su emplazamiento cercano al mar y, al mismo tiempo, encerrado entre cordilleras montañosas que hace que éste sea el lugar de mayor pluviosidad de toda la península.
El domingo día 17, el Área Municipal de Deportes llevó a esta Reserva de la Biosfera a 53 participantes, a los que quiere hacer llegar su agradecimiento por su fidelidad, ya que la mayoría de ellos han mantenido la inscripción que en su día realizaron para asistir allá por el mes de noviembre y que por causas meteorológicas su tuvo que aplazar. Gracias por la confianza depositada en esta organización.
A las 6 de la mañana salimos con las mochilas repletas con destino a Graza
lema, tras un alto en la localidad de El Coronil (Sevilla) sobre las 8 de la mañana, donde desayunamos, llegamos a la casa de San Cristóbal, un poco más arriba del pueblo de Grazalema, punto de inicio de el sendero del PINSAPAR. Eso sería sobre las 10 de la mañana. Con una climatología magnifica y una temperatura ideal comenzamos nuestra andadura que alcanzaría los 12 kms. Durante la primera hora la subida muy pronunciada por un sinuoso camino excavado en la roca ha sido muy dura y solo el aire fresco que nos azotaba al llegar a la cima, nos devolvió el aliento y la recuperación.
A partir de este punto todo es bajada hasta Benamahoma por la falda norte
de la sierra. Además de disfrutar del inmenso paisaje que se divisa desde estas alturas, 1550 mts, tuvimos la suerte de ver cabras montesas y buitres antes de estar rodeados de árboles centenarios de hasta 30 metros de altura, vestigios únicos de la flora prehistórica. El camino, entre los pinsapos, se prolonga durante unas dos horas tras las cuales dejamos atrás la frescura del bosque para entrar en una pesada zona de pastos que desembocan en la vecina localidad de Benamahoma. Punto final del recorrido y donde nos esperaba un suculento menú que nos ofreció el restaurante CANCHA, situado en el centro de la localidad. Magnifico el servicio, riquísima la comida y derroche de amabilidad y atención con todos nosotros. Desde estas líneas dar las gracias en nombre de todos los asistentes y de este AMD por el trato recibido.
Muy pronto colocaremos el video de las fotografías de esta actividad organizada y desarrollada por el Área Municipal de Deportes y que da el pistoletazo de salida para las muchas más que vendrán a lo largo del 2010.
