Por el pueblo

Por el pueblo

martes, 12 de febrero de 2013

15, 16 y 17 de Febrero “Romanización de Zalamea”

 

LA ROMANIZACIÓN EN ZALAMEA LA REAL

cartel con logos 2Tras la expulsión de los cartagineses en el siglo II la península ibérica se integra definitivamente en el Imperio romano. Nuestro zona queda enclavada primeramente en la Hispania ulterior y posteriormente en la provincia denominada Bética, cuando tras la reorganización del Imperio que hace Augusto en el 27 a C se crea esa provincia romana.

Durante el periodo republicano poco se altera la vida de los indígenas ya que Roma se limita a someter política y militarmente los centros mineros y poblaciones para controlar el comercio que ellos generaban. Con la llegada del Imperio en el siglo I, comienzan a introducirse las costumbres, religión y en definitiva la cultura de los nuevos colonizadores. La explotación de las minas provocó la llegada de un gran contingente de personas que requerirían grandes cantidades de materia prima, lo que vino a promover el resurgimiento de las áreas próximas dedicadas a la agricultura y a la ganadería.

Se han encontrado en el término de Zalamea hasta el momento una gran cantidad de pequeños poblados dispersos y que podemos dividir en tres tipos. En primer lugar están aquellos que se crearon en las proximidades de las minas, con el objeto de albergar a los trabajadores que se encontraban en ella. Fue el caso de Castillo de El Buitón, Tinto y Santa Rosa, la Mimbrera o Chinflón.

Un segundo tipo de poblado era el que se dedicaban a la fundición del mineral que se recogía de diferentes yacimientos situados en áreas cercanas. De este tipo son los hallados en Ciriaco, Los Picotes, Corchito o El Pozuelo.

Por último encontramos otro tipo de poblamiento, se trata de villas rústicas dedicadas a la explotación agropecuaria. Constituían el sector básico de la estructura económica de la zona y su función era la de explotar los recursos agrícolas y ganaderos que la zona les propiciaba y proveer de ellos a las zonas mineras. Como es lógico ocupaban las zonas más fértiles de nuestro término. Entre ellos encontramos los de la Esparraguera, Cabezo de la Cebada, la Molinera o La Morolla por enumerar algunos de los muchos que se han localizado.

Aunque sólo en algunos de ellos se han encontrado enterramientos funerarios, presumimos que todos debieron contar con un pequeño cementerio, pero debido a la fragilidad de las construcciones, estos han ido desapareciendo con el paso del tiempo.

Los romanos crearon una extensa red viaria por toda la Bética. Tanto por la densidad de población como por la explotación del metal y producción agrícola que generaba nuestra zona, se hizo necesaria la construcción de un ramal, que partiendo de Riotinto llegaba hasta Onuba. Esta calzada atraviesa nuestro término de norte a sur pasando cerca de nuestra población por la proximidades de la Estación Vieja, donde aún pueden observarse algunos de sus tramos, así como en la laguna de la Pepa, las Tejoneras y Corchito

Programa romanización 2Todo apunta a que en esta época había un núcleo de población consolidado en el lugar que actualmente ocupa Zalamea o en sus proximidades. Se llega a esta conclusión por la cantidad de material reutilizado que hallamos en construcciones posteriores, principalmente en el conjunto Iglesia Torre. Este material procedería de construcciones romanas existentes en el mismo pueblo o muy próximas a él.

Sobre el nombre que pudo haber tenido este núcleo de población durante esa época, dos son los que se barajan como más ciertos: Cotinae y Callensibus Aenanici. De ambos el mas plausible es este último que vendría a significar algo así como “lugar en el camino del cobre” coincidiendo con las proximidades de esta población a la calzada que comunicaba las minas de Riotinto con Onuba.

Con el paso del tiempo la cultura romana fue asentándose en nuestra población y con ella llegó el cristianismo a Zalamea. Aunque no son muchos los vestigios que encontramos en nuestro término de esta religión, si cabe destacar una cruz paleocristiana del siglo V que se halla grabada junto a símbolos más antiguos en la finca de los Aulagares. Es muy probable que el cristianismo conviviera durante años con otros ritos paganos indígenas e hispano romanos durante la decadencia del Imperio.